Recluso nº

martes, 10 de mayo de 2011

Mi tormenta de recuerdos.

Te recuerdo.
Un sofá revuelto de travesuras. Un rayo iluminando la ciudad.
Un rosa tirada en la alfombra que nuestra ropa forma en el suelo.
Tus ojos reflejando los míos en el silencio de una paz premonitoria de tormenta. Caricias que no existen por que debajo de una manta no se ven.
Palabras omitidas por gestos. Bocas que hablan sin pronunciar palabra.
Mis manos dando calor a tus pechos suaves.
Mi torso desnudo es tu lienzo.
Tu boca abrasando mi cuello con su aliento. Mi lengua y la tuya bailando con pasión flamenca el compás que las primeras gotas de lluvia marcan al morir estrelladas en la ventana.
Muerdo tus labios con los míos. Los devoro. Los deseo. Los ansío.
El vaho trepa por el cristal y mis besos descienden por tu cuello.
El vidrio empañado.
Tu piel erizada.
Te siento mía.
Frágil y perpetua es tu piel nívea.
Tu corazón desbocado eclipsa el estruendo del trueno.
Un latigazo parte en dos el cielo.
Mi lengua chasquea al saborear tus erizados pezones, regándolos con el rocío de mi saliva.
La vehemencia de mis caricias suave como el roce del humo de un cigarro.
El salado sudor de tu piel. La ondulación de tus formas.
Eres un océano y mi deseo es naufragar en ti.
Fundir mi piel con la tuya.
Derretirme con el aire que exhalas.
Beber de tu boca. Beber de tu piel. Beber de tu sexo.
Alimentarme de ti.
Quiero empapar mis manos y mi lengua. Mi cuerpo y mi alma. Mi mente corre desnuda a tu lado bajo la lluvia. Tú eres la tormenta.
Escucho el rumor de tu respiración y el compás de tus jadeos arreciando como la tempestad en el exterior.
Noto tus manos buscándome en la oscuridad que nos arropa y me encuentras.
Tus dedos suaves me recorren como debe hacerlo una escultora sobre su creación. Con ambición. Con avidez y destreza. Hasta el clímax final que nos haga estallar en gritos, sudor y saliva, dejándonos exhaustos uno frente al otro sin más palabras en la boca, que las que se pueden pronunciar entre susurros.
Deseo abrazarte y no soltarte jamás.
Hoy guardaré tu recuerdo en una caja de memorias dentro de mi cabeza.
Esta tarde hay tormenta.
Esta noche volveré a abrir mi caja.

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