En ocasiones lo que deseas se enfrenta con lo que debes hacer. En ocasiones el deseo de amar se convierte en un infierno. Sólo en ocasiones amar no es positivo.
Deseo abrazarte. Sólo tenerte entre mis brazos. Sólo sentir tu silencio cómplice de mi deseo.
Sólo hacer bucear a mis dedos entre tus bucles pelirrojos. Sólo observar tu pálida piel a centímetros de mis labios.
Sólo compartir el aire que nos separa.
Sólo quiero jugar a que nos queremos. Jugar a que somos algo más que amigos y cuando nos despidamos maldecir ese juego estúpido donde la mentira del rol hace daño más allá de la razón.
Paso horas muertas viendo tu foto. Acariciando la pantalla del ordenador, deseando que se convierta en ti. Que abrazas la mano que acaricia tu cuello, mientras cierras tus ojos y muerdes tus labios, pidiendo que nunca se separe de ti.
¿Qué quieres que te diga? ¿Que recuerdo cada día que hemos quedado, y no dejo de imaginarme cómo habría sido cogerte de la mano?
Juega conmigo. Miénteme. Dime que sientes lo que yo siento. Hazme sentir feliz mientras estemos jugando aunque después la verdad arañe mi pecho y sienta el latigazo de la puta realidad en mi espalda advirtiéndome que nada es real.
Hoy me siento fuerte.
Hoy soportaré la losa del mundo a mis espaldas.
Hoy puedo soportar que me digas que me quieres. Aún sabiendo que es mentira.
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