Recluso nº

martes, 10 de mayo de 2011

Niña bien -continuacion capitulo 9

La cálida respiración acariciaba ahora mi barbilla y suavemente noté una lengua húmeda y tibia rozando mis labios suavemente.

El perfume de su aliento entró en mí. Es una brisa de olor cítrico la que me penetra y el sabor dulce de su lengua la que me revela aquello que debió comer hace poco.

Era tan dulce, tan agradable, que tuve que hacer enormes esfuerzos para no devolver aquello que me regalaba. Deseaba lamer su lengua. Chuparla, saborearla.- Abre la boca.

Obedecí.

Sustituyó su lengua por el gajo de una mandarina, de aquella fuente de frutas peladas que había en la mesa. Lo deslizaba por mis labios aún húmedos de su saliva.

- Muérdelo, mastícalo, pero no tragues su zumo.

Volví a obedecer. Notaba la pulpa amasada y mezclada con mi propia saliva formando un zumo dulce en mi boca, cuando de pronto advertí su lengua penetrando mis labios y de pronto se abrieron como las compuertas de una presa dejando fluir el néctar de mi boca a la suya.

Escuché como ingería esa bebida con un suspiro que erizó mi vello.Me pareció tan sumamente excitante y cálido que a pesar de la prohibición de moverme, una parte, en concreto, de mi no obedeció para nada y de pronto vuelta al silencio.

Sólo mi respiración y la suya.¿Que ocurre? Ignoro escenario y tiempo. ¿Estará observando mi erecta anatomía? ¿Cuál sería su próximo paso?Noté por fin sus dedos, solamente la yema de sus suaves dedos, acariciar mi pecho cayendo suavemente como por efecto de la gravedad, rapelando mi abdomen.

Tu mano ardiente se separó de mi justo cuando pensé que se posaría en mi sexo, erecto y palpitante, para agarrarme de las muñecas y tirar de mi.

- Ven conmigo, me serás útil en otro sitio.

La oscuridad me amparaba. Necesitaba una luz, pero en ese mismo instante no la deseé. Sólo son mis pies fríos caminando por una tarima caliente, en una dirección cuyo final sigue siendo tenebroso. Tenebroso y deseado.- Si, mi ama.

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